Reflexión 4 de Septiembre

Buenos días
Los sentimientos en la persona tienen efectos determinantes en su estado de ánimo, que a su vez condicionarán sus diferentes comportamientos en cada situación.
Los sentimientos estarán provocados por muy diferentes causas, que provocan que la persona reaccione de según qué forma de acuerdo con ellos.
A través de ellos también la persona experimenta sus bondades o maldades, pero nunca deben imponerse a la razón que gobierna sus diferentes deberes u obligaciones.
La persona debe tener muy claro que en su deber de gobernar la propia vida, también está el reconducir los sentimientos según corresponda o sea necesario, para que nunca se vea atrapada por ellos en ningún sentido posible.
Al igual de que no puede ser esclava de las pasiones, tampoco lo puede ser de los sentimientos, unas y otros tienen su razón de ser en la vida personal, pero nunca pueden desbordarse de forma que lleven a la persona a una situación límite, ni tan siquiera a otras situaciones que no contribuyan a mantener el equilibrio preciso y necesario.
Resumiendo, la persona ha de ser dueña de sus sentimientos, para que los sepa comprender en sus diferentes situaciones y los pueda reconducir convenientemente a lo que en cada momento sea preciso.
Necesita de los sentimientos como estado del ánimo que son, pero necesita de los sentimientos buenos que le ayuden a crecer, y no de los sentimientos malos que le ayudan a caminar por sendas malas o cuando menos negativas.
Entonces, habrá que CONOCER cuáles son los más comunes sentimientos que uno tiene, que le surgen en diferentes momentos y situaciones, y que le arrastran a unas u otras actitudes.
Y a partir de aquí, al trabajo maravilloso de conseguir la persona madura y equilibrada que a todos gusta ser y que los demás la necesitan así.
Reza con Fe y Esperanza a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por todas las necesidades de los Hermanos, en las que están incluidas también las tuyas, si quieres tu que así sea. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI
Madrid – España
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