Reflexión 12 de Septiembre

Buenos días en la Fiesta del DULCE NOMBRE DE MARÍA.
Sigamos fijándonos en la Fiesta de la EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ, que celebraremos el próximo día 14.
El Señor Jesucristo tuvo muy claro que su vida no tendría otra salida que su Pasión y Muerte por la Redención y la Salvación de los hombres, toda vez que el Pueblo de Israel no le reconoció como el Mesías anunciado en los Profetas.
Y así, podemos escuchar al Señor Jesucristo cómo les habla a los discípulos: “Y empezó a instruirlos: El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, SER EJECUTADO y resucitar a los tres días. Se lo explicaba con toda claridad. ENTONCES PEDRO se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, MIRANDO A LOS DISCÍPULOS, increpó a Pedro: ¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡TÚ PIENSAS COMO LOS HOMBRES, NO COMO DIOS!” (Mc 8,31-33).
Es muy importante darse cuenta de que si el Señor tuvo muy claro ‘su camino a seguir’, igualmente deberíamos tener nosotros muy claro el camino del cristiano, siguiendo las huellas del Maestro.
Se han de ver las cosas con realismo, con naturalidad a la luz del evangelio, asumiéndolas tal cual son.
La increpación que el Señor le hace a Pedro es muy interesante que se entienda bien, pues la visión de los hombres es conforme a los patrones humanos, a lo que humanamente parece y además, en muchos casos, se quiere que parezca.
Pedro se ‘escandaliza’ por el anuncio del Maestro, queriendo “salvarle” prescindiendo de lo que es lo esencial y nuclear de la entrega de Jesús: CUMPLIR LA VOLUNTAD DE SU PADRE; es por ello que lo que parece a primera vista un buen sentimiento de Pedro, que no quiere que Jesús ‘padezca’, resulta ser toda una oposición del demonio a que muera bajo el pecado de los hombres, porque sabe que en la CRUZ será derrotado.
Tanto es así, que las palabras de Jesús son rotundas y muy claras: “¡Ponte detrás de mí, SATANÁS! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!”.
He aquí nuestro desafío, PENSAR COMO DIOS Y NO COMO LOS HOMBRES. He aquí la exigencia personal de la CONVERSIÓN que nos lleva a ENTENDER, a VER, a SENTIR…, las cosas según el Corazón de Dios.
Y pensemos que éste es el camino que ha de andarse para llegar a participar plena y definitivamente de la Resurrección de Jesucristo, el día que cada uno culminemos la Jornada Terrenal.
Reza ya como cada día, con una oración sencilla y humilde, a María en la Fiesta de su DULCE NOMBRE, por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, reunidos aquí en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es