Reflexión 27 de Septiembre

Buenos días en el DIA DEL SEÑOR
Como cada día 25 del mes, anteayer la Santísima Virgen, Reina de la Paz, dio un nuevo mensaje cargado de Amor y de ternura.
En primer lugar reveló la razón de porqué lleva tanto tiempo manifestándose en Medjugorje: “¡Queridos hijos! Estoy con vosotros durante tanto tiempo porque Dios es grande en su amor y en mi presencia”.
Seguidamente, reiteró nuevamente la INVITACIÓN que viene haciendo en los últimos meses de una forma directa, haciéndolo con ternura, sin imposición, pero en tono grave: “Os INVITO, hijos míos: REGRESAD a Dios y a la oración”.
Una llamada a la CONVERSIÓN que es realmente lo que necesita nuestro mundo, para que la GRACIA de DIOS lo cubra todo y ahogue todos los males y estragos que está produciendo la pandemia y sus consecuencias.
Resulta muy sugestivo lo que a continuación agregó en cuanto a dos aspectos, cómo ha de ser nuestro AMOR y la dulce llamada a la oración y al ayuno, dulce llamada digo por la suavidad de sus palabras: “Que el AMOR sea la medida de vuestra vida, y NO OLVIDÉIS, hijos míos, que la ORACIÓN y el AYUNO hacen MILAGROS en vosotros y a vuestro alrededor”.
Finalmente nos pide que cuanto hagamos sea para la Gloria de Dios, no sólo porque así corresponde en una vida cristiana centrada en vivir la FE, con toda seriedad y responsabilidad que vive el Primer Mandamiento de la Ley de Dios, sino porque, además, el TESTIMONIO de vida será más creible y manifiesto. La Madre dijo: “Que todo lo que HAGÁIS sea para la GLORIA DE DIOS; entonces el cielo LLENARÁ VUESTRO CORAZÓN de alegría y SENTIRÉIS que DIOS OS AMA y que ME ESTÁ ENVIANDO PARA SALVAROS Y SALVAR LA TIERRA EN LA QUE VIVÍS”.
Y concluye expresando su gratitud, cuando somos nosotros lo que hemos de estar agradecidos a Ella; ¡qué lecciones las de la Virgen María!: “Gracias por haber respondido a mi llamada”.
Aquí os dejo con el mensaje de María, Reina de la Paz, para estos días que estamos viviendo; aprovecha el Día del Señor para la REFLEXIÓN, la ORACIÓN y, también, por qué no, para hacer EXAMEN de CONCIENCIA.
La CONVERSIÓN, en definitiva, necesitará del reconocimiento primero y la confesión después, de los pecados que pesen sobre la conciencia.
Pero no dejes de rezar, aunque sea con una oración breve como pueden ser tres avemarías, a la Señora Reina de la Paz por todas las necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es