Reflexión 18 de Septiembre

Buenos días
La relación personal con Dios es distinta según cada persona, aunque todos los creyentes tengan aspectos comunes ya que la FE es la misma.
Esta realidad nos pone ante una evidencia que a veces no se sabe comprender, exigiendo al otro que viva la moral y las costumbres según los propios planteamientos.
Es verdad que a los católicos nos une el Bautismo, la profesión de una misma FE y toda la doctrina que la Iglesia ha confirmado y enseñado a lo largo de su historia.
Pero algo que se debe tener claro, es que una de las consecuencias del Bautismo y de la Profesión de la FE es la de SERVIR A DIOS, que no todos los creyentes tienen bien interiorizado este deber, que se desprende del Primer Mandamiento de la Ley de Dios: ‘Amar a Dios sobre todas las cosas’; lo cual merece ya en sí una seria reflexión, pues en el mismo servicio a Dios está implícito una forma de vivir en la mejor forma posible, en orden a los Mandamientos y a las Virtudes.
En todo caso, las personas si aceptarían de buen grado tener claro que su vida debe ser en orden a SERVIR A DIOS en todo lo que puedan y sepan, pero lo que habría que preguntar es si estas mismas personas estarían o están dispuestas a que DIOS SE SIRVA DE ELLAS.
Porque Dios necesita de tus ojos para mirar con su ternura al enfermo, al excluido social o a cualquier otra persona de tu entorno, que necesita de la ternura de Dios, y asimismo necesita de tu lengua para transmitir su Paz o su Amor, o de cualquiera de tus miembros o de tu propia persona incluso para ir o venir en su Nombre, siendo instrumento de su AMOR y de su MISERICORDIA.
Piénsalo. ¿Hasta dónde estás dispuesto a SERVIR A DIOS? Y también, ¿hasta donde aceptarías que DIOS SE QUIERA SERVIR DE TI?
Mientras, no dejes de rezar a María, nuestra Madre y nuestra Guía, al menos tres avemarías, por todas las necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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