Reflexión 6 de Septiembre

Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR.
Cada domingo en la Celebración de la Santa Misa, la Iglesia ofrece al Pueblo de Dios tres lecturas que son verdadero alimento espiritual para los fieles, que deberían reflexionar y tener presentes sus enseñanzas a lo largo de los siguientes días.
Las lecturas de este domingo XXIII del ciclo A son: Profeta Ezequiel, 33,7-9; Carta de San Pablo a los Romanos, 13,8-10; Evangelio de San Mateo 18,15-20.
En la primera lectura, el Profeta Ezequiel expone la Palabra que el Señor le dirige a él sobre cómo ha de decir y cómo ha de hacer, que en definitiva es cómo hemos de hacer y decir nosotros, también profetas por el Bautismo.
La lectura es: “Esto dice el Señor: A ti, hijo de hombre, te he puesto de CENTINELA en la casa de Israel; cuando escuches una palabra de mi boca, les ADVERTIRÁS de mi parte.
Si yo digo al malvado: "¡Malvado, eres reo de muerte!", pero tú NO HABLAS PARA ADVERTIR al malvado que cambie de conducta, él es un malvado y morirá por su culpa, pero A TI TE PEDIRÉ CUENTA DE SU SANGRE.
Pero si tú ADVIERTES al malvado que cambie de conducta, y no lo hace, él morirá por su culpa, pero TÚ HABRÁS SALVADO LA VIDA”.
La Palabra del Señor a Ezequiel es muy clara para llevarnos a reflexionar de cómo es nuestro comportamiento con los demás.
Cuántas veces se ven actitudes, comportamientos, gestos o palabras inadecuados, que no están en consonancia con las exigencias del propio Bautismo, y por toda respuesta, ‘se mira para otro lado’ como se dice vulgarmente.
En la moral propia se buscan pecados buscando la casuística de los mandamientos, defectos, etc., ignorando otros mandatos y preceptos que el Señor ha revelado a lo largo de toda la Historia de la Salvación.
Te deseo que sepas dar prioridad a esta reflexión de la Palabra de Dios del Domingo, y así puedas avanzar en tu camino de perfección, de santidad, que tanto necesitan los que te rodean y el mundo en general.
No olvides de rezar un padrenuestro, al menos, al Señor Jesucristo para que sus gracias vengan en auxilio de todas las necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTRI
Madrid – España
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