Reflexión 26 de Septiembre

Buenos días.
Es muy peligroso acostumbrarse a vivir fuera de la VERDAD, bien porque se abunde en las medias verdades o en la propia mentira.
Y es tan peligroso porque la persona se sale de la realidad, para buscar hacer ‘su propia realidad’ o participar de una realidad ficticia, sea por los intereses que sean.
La VERDAD es única, no admite ni matices ni variables; podemos decir que es luminosa porque muestra a las personas y a las cosas tal cuales son.
Conocemos aquella afirmación de Santa Teresa: “La verdad padece, pero no perece”, que estimula a vivir en ella, por más que las diferentes situaciones y circunstancias hagan tambalear a la persona resuelta a vivir en la VERDAD.
La persona ha de tener sumo cuidado con la cantidad de medias verdades o mentiras que circulan por la sociedad, pues lo único que buscan es la manipulación que lleve a los postulados de quienes construyen algo, que presenta muchos matices con fondo poco fiable.
Pero, una vez más, estamos ante la responsabilidad personal que es la que tiene que decidir cómo quiere vivir y, en consecuencia, cómo quiere morir; dicho de otra forma, cómo quiere asomarse a la realidad definitiva donde la VERDAD es inamovible, sea para caminar en la Luz o en las Tinieblas por toda la eternidad.
Merece hacer el pequeño esfuerzo necesario para VER si estás o no estás en la VERDAD, en la que, como decía Pío Baroja, no puede haber matices, y agregaba, en la media verdad o en la mentira, hay muchísimos.
Sigue rezando por las necesidades de los Hermanos, hoy sábado,  a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.

Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es