Reflexión 25 de Septiembre

Buenos días
Resulta, cuando menos curioso, en la situación en la que nos encontramos por consecuencia de la pandemia, ver que no parece que las personas vean en el horizonte la realidad a la que todos estamos llamados, como es la vida eterna.
Sí, hay en muchos casos miedo a coger el virus e infectarse, lógicamente a que esta terrible enfermedad le cueste a uno la vida, pero no se percibe un movimiento lógico en las personas, como es recurrir al que puede salvar de esta situación tan grave y alarmante, a Dios Todopoderoso.
¿Por qué está ocurriendo así?
Las personas pueden tener poca Fe, o tenerla debilitada, incluso no creer en Dios, pero ante una situación tan difícil y hasta dramática, que vemos tiene sobrepasadas a las autoridades y dañados gravemente los pilares de la sociedad contemporánea, como es la economía, ¿cómo es posible que no haya ese movimiento necesario de SUPLICAR al Señor de la Historia, al Señor de la Vida y de la Muerte, como es el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos libere de este terrible azote?
¿Tan difícil es VOLVERSE a Dios y pedirle su Misericordia?
Es absolutamente necesario que las personas, que la sociedad, no se acostumbren a ver cómo se producen los contagios y cómo cada día la estadística arroja cantidades de muertes, que son duras de asumir, pero que cuando no tocan de cerca, pueden llegar a, incluso, no afectar como corresponde.
¿Tan difícil es no pensar en el destino de eternidad que todos tenemos, es decir, en la vida eterna?
Todos hemos de llegar a ella, y cuando así sea, ¿qué pasará?
Una vez más, recemos, hagamos actos de amor y de penitencia, ayudemos a los demás a la COPNVERSIÓN, como busquemos, al mismo tiempo, la propia, por los caminos que nos enseña el evangelio.
El Señor Jesucristo advierte en una de las varias ocasiones que lo hace: “Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos” (Mt 7, 13-14).
Te pido hoy también, con una gran confianza, que reces por las necesidades de los Hermanos; que pidas a la Santísima Virgen María, que acuda en auxilio de sus intenciones y necesidades. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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