Reflexión 18 de Mayo

Buenos días en el Mes de María de 2020.
Santa Faustina Kowalska escribió su Diario en el que fue reflejando toda su vida, con las comunicaciones que tenía del Señor Jesucristo y de su Santísima Madre.
En cierta ocasión la Virgen le dijo: "Deseo, amadísima hija Mía, que te EJERCITES en tres VIRTUDES que son mis preferidas y que son las más agradables a Dios: la PRIMERA es la HUMILDAD, HUMILDAD y todavía una vez más, HUMILDAD; la segunda virtud es la PUREZA; la tercera es el AMOR A DIOS. Siendo Mi hija, tienes que resplandecer en estas virtudes de modo especial".
Estas tres virtudes que la Virgen María pide a Santa Faustina para que las viva, son perfectamente aconsejables, sino exigibles también, para cada uno de nosotros.
Llama la atención que la Virgen le pide a Santa Faustina por tres veces que sea HUMILDE.
¿Qué tiene la HUMILDAD para que se la reitere por tres veces?
Tiene simplemente que es la coraza más fuerte para preservarse de los ataques de Satanás, pues él se mueve en la Soberbia y le es muy fácil seducir y llevarse a las almas que sustentan su vida sobre la Soberbia y el Orgullo.
Vivir en la HUMILDAD supone ser consciente de la propia verdad, en cuanto a las limitaciones y las debilidades o carencias que se tienen de una forma natural.
A partir de aquí, la persona obra con sencillez de acuerdo con el conocimiento que tiene de sí y el que va adquiriendo del prójimo.
Por esto, al enemigo se le hace muy difícil seducir a la persona HUMILDE, pues está como inmunizada de ORGULLO, que es un punto por donde comienza a socavar a la persona.
También es muy importante tener en cuenta la Pureza y el Amor a Dios, las otras dos Virtudes que la Virgen la pide practicar, pero será más provechoso dejarlo hoy para poder centrarnos en la HUMILDAD.
Para la reflexión personal que podamos hacer cada uno, miremos el modelo más acabado de HUMILDAD que es María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Ella expresó la HUMILDAD con su vida. En cualquier episodio que queramos fijarnos, la encontraremos guiada por la HUMILDAD.
¿Cómo actuó en las Bodas de Caná, evitando el fracaso de aquella fiesta porque no había vino?
Poniendo el problema en manos de quien lo podía solucionar: Su Hijo Jesucristo y Ella quitándose de en medio (Jn 2,1-12).
Sin que nadie le dijera nada, sin Ella alardear de nada, actúa, resuelve y calla.
Para nada aparecen ni el orgullo ni la presunción, que tanto atraen a las personas.
Ojalá sepamos responder a esta expectativa del Cielo con cada uno de nosotros.
Recordemos que Santa Teresa de Jesús, les dirá a sus monjas que "La Humildad es andar en la verdad".
Os pido un día más que recemos, con Fe y Esperanza, por todas las necesidades de los Hermanos, reunidos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
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