Reflexión 14 de Noviembre

Buenos días
Una de las dimensiones en la práctica de la ORACIÓN es la de ESCUCHAR A DIOS, pues ya hemos dicho alguna vez qué la ORACIÓN es en definitiva una relación íntima e intransferible entre Dios y la persona.
Y no siempre se entiende así, porque la inclinación nuestra es la de que Dios nos escuche a todo lo que queramos decirle, contarle o pedirle, pero atender a lo que Él quiera decir, eso ya es otra cosa.
Dios, tu Padre, tiene cosas que decirte, quiere que le ESCUCHES, diría más, necesita que le ESCUCHES.
No se puede olvidar que aunque Dios puede hacer cuantos milagros quiera, su práctica habitual es valerse de las personas para hacer llegar a otras su consuelo, su palabra o cualquiera otra manifestación de su AMOR.
Esto quiere decir que si tú o yo, no ESCUCHAMOS A DIOS, no podremos decir NADA a los hombres de lo que ellos puedan NECESITAR del AMOR DE DIOS. 
Deberíamos REFLEXIONAR acerca de nuestra vida de Oración. Comprobar si al hacerla le ofrecemos al Señor está posibilidad de que nos hable, porque sencillamente nos ponemos a su ESCUCHA.
Es verdad también, que la ESCUCHA A DIOS va muy ligada a la CONTEMPLACION, otra de las facetas que enriquece nuestra Oración.
Animémonos a que ningún día pase sin dedicar un rato a la ORACIÓN, para ESCUCHAR a Dios y luego tener qué decir al mundo.
Recemos ya por las intenciones y necesidades de TODOS los que nos UNIMOS en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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