Reflexión 8 de Septiembre

Buenos días en la NATIVIDAD DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA. 
El nacimiento de cualquier criatura es motivo de gozo y alegría en su familia y en el entorno social que la recibe.
Todo nacimiento es una promesa de una vida que se espera y se desea fecunda y provechosa.
En la Santísima Virgen esta expectativa fue más que superada en la realidad que sobrevino por el Anuncio de Arcángel Gabriel de la Encarnación del Verbo de Dios.
Pero hoy hemos de quedarnos en la Virgen Niña, que nace en el hogar de San Joaquín y Santa Ana, con gran regocijo para aquellos padres ya mayores.
Hemos de felicitar hoy a nuestra Madre y Guía con gran alborozo, preparándola en nuestro corazón un homenaje festivo con ofrendas y regalos.
¿Qué le gustará a la Virgen Santísima que le ofrezcas de ti mismo?
Mira a ver qué le gustará a Ella aunque te cueste hacerlo.
¿Y qué le podrás regalar que suponga alegría y gozo para Ella y para ti?
Tantas cosas podrás hacer hoy por Ella, aunque cuesten porque suponga renunciar a egoísmos, orgullos o comodidades, podrás hacer actos de AMOR y/o ENTREGA para seguir engarzando perlas preciosas en su Corona como Reina y Madre de tu corazón y de tu Alma.
La Santísima Virgen goza al ver a sus hijos UNIDOS, por ello rezamos hoy con especial cariño por todas las intenciones y necesidades de todos los Hermanos, reunidos aquí en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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