Reflexión 17 de Septiembre

Buenos días 
Hace tres años iniciamos esta andadura de las Meditaciones diarias.
Ese día 17 de septiembre de 2016, resaltábamos la figura de Santa Hildegarda de Bingen, Monja Benedictina del siglo XII, que se destacó por su Sabiduría y conocimientos de las plantas medicinales y de las piedras curativas.
Durante este tiempo, y por la Gracia de Dios, hemos ido fijándonos en aspectos de nuestra Fe Católica, de la Moral o de las buenas costumbres que deben embellecer la vida de los católicos y sus comportamientos.
Se ha pretendido la REFLEXIÓN personal, por la que cada persona va haciendo crecer su madurez como hijo de Dios que es.
Pero lo que para mí personalmente ha sido y es de mucha trascendencia, es el último párrafo de cada Meditación en el que invito a una pequeña oración, que se convierte en GRAN ORACIÓN en la medida que aumenta el número de Hermanos que la secundáis, por todas la necesidades de los que nos encontramos en la lectura y reflexión de esa Meditación.
¡Ah, si tuviéramos FE y secundáramos esta pequeña petición!
Milagros de Gracia veríamos al poner ante Dios nuestras propias intenciones y necesidades en esta oración comunitaria, de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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