Reflexión 10 de Septiembre

Buenos días 
El enemigo es aquel que está en contra de otra persona, que le desea y busca su mal o que hace cuánto puede por trastocar la vida del que tiene por rival.
Pero cuando se conoce al enemigo, ya se pueden tomar una serie de actitudes o comportamientos para evitar, al menos, que consiga sus propósitos de hacer daño.
Y también para mantener las posturas que exige el evangelio (cfr. Mt 5,43-48).
Pero lo que hoy quiero plantearte es cuál consideras que es tu peor enemigo.
Haría la pregunta a la inversa: ¿Eres tú, tu mejor amigo de ti mismo?
Partiendo del hecho de que no se puede ser amigo y enemigo a la vez, conviene valorar lo que uno es de sí mismo, pues si además tenemos en cuenta lo que el Señor nos dice de que la referencia para AMAR al prójimo está en el AMOR a uno mismo, podemos sacar fácilmente la conclusión que se corresponda.
Uno se AMA a sí mismo cuando cuida su SALUD: física, mental y espiritual, sencillamente porque así lo exige la Ley de Dios.
Por contrario, uno es ENEMIGO de sí mismo cuando no cuida su SALUD, o cuando admite cualquier clase de VICIO, de DEPENDENCIA, cuando comete cualquier EXCESO, o sencillamente no hace nada o casi nada para CUIDAR todo lo que Dios ha puesto en sus manos, para hacer el bien y para colaborar en construir los 'cielos nuevos y la tierra nueva'. 
Se dice, que el mayor enemigo del hombre es él mismo, y si lo pensamos y calibrados bien no parecería poder ser exagerada esta frase.
Piensa. ¿Quién te impide ser SANTO, si no son tus incoherencias, tus compromisos incumplidos por la PEREZA, u otros malos hábitos?
Te INVITO a que hagas una seria REFLEXIÓN y, determinando con precisión lo enemigo y/o amigo que eres de ti mismo, toma las decisiones que necesitas para ser TU MEJOR AMIGO y no TU PEOR ENEMIGO.
Con pobreza y humildad, pide a la Virgen Santísima por todas las necesidades de los Hermanos de esta Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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