Reflexión 7 de Julio

Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR. 
Hay personas que tienen mala voluntad, que desean el mal o lo llevan a cabo con otras personas.
Son ENEMIGAS.
Es verdad que la ENEMISTAD es un mal que suele generarlo una persona, una parte sí se trata de cuestión colectiva, pero lo cierto es que plantea problemas a la persona que sufre la enemistad de quien ha decidido ser su ENEMIGO.
¿Qué hacer cuando alguien se ha convertido en tu enemigo?
Si no ha mostrado la cara como tal, y sólo se dedica a ir sembrando el mal hacia tí, ¿Qué harás?
Si, en cambio, su ENEMISTAD la plantea abiertamente como una guerra, ¿Qué hacer?
Son supuestos que más cerca o más lejos, todos los hemos visto o vivido. Y eso, que no sea alguno ENEMIGO EN EJERCICIO.
Lógicamente la ENEMISTAD es contraria al AMOR de plano, se la mire desde el ángulo que se quiera.
Por tanto, es algo moralmente malo, muy malo, constituirse en ENEMIGO de otro, por muchos argumentos que se quieran o puedan esgrimir a favor de ACEPTAR el romper la relación con el otro, cambiándola en HOSTILIDAD con lo que ello suponga.
Es malo por muchas razones, por sus consecuencias, pero parece haber una razón concluyente, aunque el mundo la pueda despreciar.
Toda guerra DIVIDE, la enemistad busca la DIVISIÓN, el enemigo busca destruir a quien es objetivo de su decisión y, por tanto, lleva la DIVISIÓN al extremo último, la desaparición del otro como sea y hasta donde pueda.
Todo esto, CONTRARIO A LA LEY DE DIOS, a su AMOR MISERICORDIOSO, que "hace salir el sol cada día para buenos y malos" (Mt 5, 43-48).
Al reflexionar, cuidado con las sutilezas del lenguaje o sutilezas del "padre de la mentira" (Jn 8,44; Sab 2,24), que pretenderá siempre que prendas la llama, haciéndote ver justificaciones falsas o similares, pero que en todo caso, pensemos que él sólo busca SEMBRAR el ODIO en la persona, porque una vez logrado, lo demás lo hará el corazón de la persona.
No olvidemos que Satanás no sabe amar nunca, sino ODIAR SIEMPRE.
Es esta una cuestión muy seria e importante en la vida personal de cada uno.
Por lo que bien merece emplear un rato para meditarlo en la presencia del Señor.
Pero, como cada día, recemos por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, UNIDOS en este Día del Señor, en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
www.materchrisri.es