Reflexión 23 de Julio

Buenos días.
Muchos de los temas que abordamos en estas Meditaciones diarias tienen aspectos diferentes, según desde el ángulo que se les quiera ver, observar o contemplar.
Y esto pasa, por ejemplo, con la SOLEDAD, que cuando se habla de ella, generalmente nos fijamos en su manifestación externa, esto es, cuando una persona sufre la ausencia de los otros, íntimos y menos íntimos, que la dejan sola y sumida en la tristeza.
Pero puede darse una situación al revés, persona con compañía suficiente y en cambio viviendo en una SOLEDAD INTERIOR muy importante.
En esta posibilidad se hace necesario que la persona sea muy consciente de que siente y vive una SOLEDAD en su corazón, que en principio no hay que decir que sea una cosa negativa, sobre todo si la persona, como ya se ha dicho, es sabedora de su situación.
Indudablemente que esta situación descrita tiene, como casi todo, una doble cara.
En el aspecto negativo, la persona corre el peligro de intensificar un AISLAMIENTO, peligroso ciertamente, que le lleve a situaciones negativas, como el desapego o la desesperanza.
Pero en el aspecto positivo hemos de ver una situación que puede llegar a ser una puerta abierta a la transcendencia, esto es a Dios.
En el desarrollo de esta experiencia, que bien orientada, se convertiría en la expresión mística de la persona, deberá cuidar mucho mantener la SOLEDAD alejada de egocentrismos y egoísmos, que la llevarían por los caminos erróneos de la mentira e hipocresía.
En cambio, si VIVE abierta a todos y todo lo que le rodea, con la máxima generosidad, en el mejor cumplimiento de sus deberes, podrá encontrar en su SOLEDAD INTERIOR al único que puede estar en la VIRTUD y PUREZA DE CORAZÓN: Dios en su Santísima Trinidad.
Os animo a no huir de la SOLEDAD DEL CORAZÓN, e incluso que la busquéis con corazón limpio, pero cuidándola mucho de que no sea contaminada por esas pasiones del corazón que tanto daño hacen a las personas: envidias, egoísmos, perezas o malos quereres.
Mirad a la Virgen María, nuestra Madre y nuestra Guía, en Belén. En el Evangelio de San Lucas 2,19: "María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón", y en 2,51: "Su madre conservaba todo esto en su corazón". Esto es vivir la SOLEDAD DE CORAZÓN, aunque la rodeaba su esposo José y su HIJO JESÚS, el Hijo de Dios, con los que mantenía, como es natural, una íntima relación de Esposa y de Madre.
Mucha oración se necesita para desarrollar la VIDA INTERIOR en nuestra persona.
Por ello, cuán interesante será que hoy recemos por esta intención en favor de cada uno de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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