Reflexión 14 de Julio

Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR.
Hemos visto alguna vez la importancia de la UNIDAD como un bien mayor.
Hoy quisiera reflexionar acerca de lo que consigue esa UNIDAD deseada entre las personas.
En las relaciones humanas hay muchas motivaciones para crear amistades, que en la apariencia parecen ser bien formadas y, por consiguiente, duraderas.
Con el tiempo y las vicisitudes que van surgiendo, de la misma forma que se crearon se van difuminando, hasta desaparecer.
¿Qué ha pasado?
Pues algo tan sencillo como que los fundamentos de aquella relación no eran "los buenos sentimientos", sino más bien "intereses" del tipo que se quiera, que nunca forjaron la UNIDAD que siempre prevalece por encima de cualquier situación colateral que se pueda presentar.
No debemos olvidar que la UNIDAD en un don divino al alcance de todos, consagrado por Cristo al final de su vida como hombre, cuando insiste a los Apóstoles para que SEAN UNO en el Amor, y luego en la Oración Sacerdotal así se lo pedirá al Padre: "Para que todos sean UNO, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean UNO en nosotros" (Jn 17,21).
Y como este DON está al alcance de todos, quiere decir que depende de la persona lograr la UNIDAD firme y duradera, que vencerá siempre las flaquezas propias de las personas, y nunca la antítesis del AMOR que es el EGOISMO puro y duro, en cualquiera de las manifestaciones que se le quiera dejar campar, condicionar o dominar el propio corazón, podrá imponer sus reglas destructoras.
Haremos muy bien REVISAR nuestros lazos de UNIDAD con las personas, sean del nivel que se quiera en las relaciones propias: familiares, sociales, laborales, etc., para poder descubrir la VERDAD de esas relaciones y su nivel, también según la responsabilidad que hay en ellas.
Cuánta importancia tienen las actitudes, sentimientos y comportamientos, para lograr la mejor convivencia que el Señor Jesucristo nos legó.
Tu oración es muy importante para ayudar a los Hermanos, dedica unos minutos a hacerla levantando el corazón a Dios por ellos. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI
Madrid - España
www.materchrisri.es