Reflexión 30 de Mayo

Buenos días en el MES DE MARÍA
Hay una página en los Hechos de los Apóstoles, en la que encontramos a María reunida en Oración con los Apóstoles (Hch 1,12-14).
Esto ha ocurrido culminado el Proceso de la Crucifixión y Muerte del Señor, cuando en principio los Apóstoles habían uído del Calvario y habían quedado solos María y Juan.
Posteriormente la Virgen Santísima hace que todos vuelvan a reunirse, pues Ella era muy consciente que los Apóstoles debían estar UNIDOS, como su Hijo les había pedido y aguardar la respuesta de Dios Padre al hecho de la Muerte y Sepultura de su Hijo Jesucristo, como fue su Resurrección.
 La Virgen siempre tuvo muy clara la MISION de ser INSTRUMENTO de UNIDAD, pues, ¿qué fue lo que la movió a interceder ante su Hijo en las Bodas de Caná, sino la UNIDAD como mayor bien en aquel comienzo de una familia como es una boda?
Lógicamente María conocía la gran preocupación del Señor Jesús por la UNIDAD, tal como lo demuestra el Señor en la Oración Sacerdotal, que recoge el capítulo 17 del Evangelio de San Juan, y las veces que les insistió directamente a Ellos en la Última Cena particularmente.
Todos somos conscientes de que uno de los principales objetivos, por no decir el principal, que el demonio busca en la vida de las personas es DESTRUIR la UNIDAD, bien sea en la familia, en el entorno laboral, social, etc., porque lo primero que intenta es DESTRUIR la UNIDAD PERSONAL, dividiendo a la persona misma en su corazón, en sus sentimientos, en sus pensamientos, etc.
De aquí la NECESIDAD de que cada uno sea muy CONSCIENTE de que si no es Apóstol de UNIDAD, instrumento ACTIVO de UNIDAD, aunque no lo quiera, lo será de lo contrario y verá a su alrededor mucha desgracia, moral principalmente, y su propia vida no podrá CRECER en la VERDAD de Cristo.
Os INVITO a que os plantéis, pero en serio, vuestra actitud frente a esta exigencia del Señor Jesucristo de buscar, vivir y trabajar por la UNIDAD.
Y si en esta seria REFLEXIÓN, descubrieras que alguna vez fuiste agente de DIVISIÓN o la admitiste en tu propia vida, procura reparar el MAL cometido con un verdadero arrepentimiento y, en su caso, con una buena CONFESIÓN.
Reza hoy porque todos los Hermanos nos demos cuenta de esta realidad de UNIDAD o DIVISIÓN, y rectifiquemos en la medida que sea necesaria. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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