Reflexión 23 de Septiembre

Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR 
"Líbranos del mal"
Planteábamos el pasado domingo la oración del Padrenuestro como la ORACIÓN por excelencia, pues no en vano nos la ha enseñado el mismo Señor Jesucristo.
Hoy concluimos la reflexión de su exclamación inicial y sus siete peticiones con esta última, "Líbranos del mal".
Por su traducción aparece como un tanto light en su formulación y expresión, por lo que puede no dársela toda su significación.
Realmente lo que se pide con esta petición es ser liberados del poder del maligno, de las insidias y seducciones del mismo enemigo, del demonio.
Pero para que ésta petición adquiera todo su sentido, es necesario tener una CONCIENCIA bien formada, capaz de DISCERNIR correctamente el bien y el mal en la propia vida, porque si no es así se hace muy complicado darse cuenta de todo el mal en el que nos va enredando el padre de la mentira, que es el demonio.
Las acciones diabólicas del demonio son muy variadas, de forma que la persona puede sufrir diferentes efectos de sus ataques, de sus seducciones o de sus tentaciones.
Es por ello que la persona ha de ser consciente de la necesidad que tiene de la Gracia de Dios, para verse liberada de cualquier influencia o acción del demonio sobre ella.
Como podemos ver, también esta última petición del Padrenuestro es de una gran importancia y transcendencia, ya que no sólo pedimos la propia liberación, sino que la estamos pidiendo igualmente para las demás personas en un sentido general, incluso para toda la humanidad.
Con ilusión grande y firme, recemos hoy todos UNIDOS un Padrenuestro por las necesidades de los Hermanos convocados por María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
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