Reflexión 13 de Septiembre

Buenos días 
Cada día es una etapa de la gran carrera de la vida; etapas diarias que se han de recorrer por la exigencia propia del devenir histórico de cada vida.
Las personas no son fácilmente impresionables en la rutina de cada día, pues van afrontando las cosas ya pre sabidas con cierto letargo, sin darse cuenta de que el paso del tiempo le va trayendo TODO lo que hay que acoger y despachar con total responsabilidad, por la exigencia de eternidad que tiene la vida de toda persona.
De aquí que sea extraordinariamente importante que cada día dejemos TODO bien CUMPLIDO, para poder llegar al final de la propia Jornada Terrenal pudiendo pronunciar la ULTIMA PALABRA que el Señor Jesucristo dijo en la CRUZ: "Todo está cumplido".
El Señor consuma su entrega muriendo en la CRUZ, SÓLO cuando TODO está hecho conforme se había comprometido con su Padre Dios.
Nosotros no tenemos en cuenta, ni demasiado cuidado, en dejar cada día las cosas hechas y cerradas según corresponda.
De hecho hay un refrán español que dice que "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy".
Concluimos la Novena de preparación para la FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ, que celebraremos mañana, con esta REFLEXIÓN que se nos ofrece al contemplar a Jesús en los últimos minutos de su vida: "TODO ESTÁ CUMPLIDO".
¿Podemos nosotros decir sobre lo que hemos vivido hasta aquí, y que correspondía a nuestro quehacer propio y directo, TODO ESTÁ CUMPLIDO?
Si cada día adquirimos la costumbre de dedicar unos minutos para ver qué y cómo hemos hecho las cosas, comprobaremos si verdaderamente podemos decir de esa etapa vivida que TODO ESTÁ CUMPLIDO como lo quería y esperaba Dios nuestro Padre, y como aportación personal a "los cielos nuevos y la tierra nueva" que esperamos (2 Per 3,13).
Y que el Libro del Apocalipsis nos anuncia en el capítulo 21,1.
OS ANIMO DE TODO CORAZON a que viváis dejando cada día todo hecho, y bien hecho, porque el primer beneficiado siempre será uno mismo, cosa que comprobará como algo muy benéfico ya, aquí y ahora, y al final en el ENCUENTRO DEFINITIVO con la PLENTUD de la CARIDAD, del AMOR, que es DIOS.
Buscando como siempre la ayuda de la Gracia de Dios, recemos ya por todas las necesidades de los Hermanos de esta Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI
Madrid - España