Reflexión 17 de Septiembre

Buenos días 
"Padre nuestro que estás en el Cielo..."
Con esta exclamación se comienza la Oración que nos enseñó el Señor Jesucristo, el Padrenuestro.
Llamamos la atención a Dios para que nos escuche y hacemos confesión del lugar del trono de su Reino: El Cielo.
Con esta exclamación expresamos también todo el Poder y la Gloria de Dios, Señor del Universo, al tiempo que nos pone en la situación de DIÁLOGO con el Padre Dios, pues le pedimos que ESCUCHE las necesidades que tenemos de su Gracia y de su Bendición.
Y ya, seguidamente hacemos la primera petición: "Santificado sea tu Nombre".
El Nombre de Dios manifiesta todo el SER, todo el PODER y toda la GLORIA de Dios, que reconocemos sus hijos.
Vemos que el primer mandamiento de la Ley de Dios es "AMAR a Dios sobre todas las cosas", y el segundo "No tomar el NOMBRE DE DIOS en vano".
Por tanto, podemos darnos cuenta de la importancia de esta primera petición con la que queremos y pedimos que el NOMBRE DE DIOS sea SANTIFICADO, porque si bien es verdad que es SANTO, tres veces SANTO, es necesario que sea "santificado" por toda la creación, puesta en las manos de los hombres, así como por todas las demás creaturas.
Le pedimos a Dios que mire con Bondad a toda la humanidad, a todos los vivientes y a toda la creación, para que con su Misericordia infinita mantenga en su AMOR a todos y a todas las cosas.
REFLEXIONEMOS como procuramos hacerlo cada día, hoy viendo nuestra actitud y responsabilidad frente al NOMBRE DE DIOS.
¿Somos AMANTES de su GLORIA?
¿La RECONOCEMOS y la CONFESAMOS?
¿SANTIFICAMOS su Nombre?
Llenos de ILUSIÓN ante el nuevo día que el Señor nos ha dado, recemos con Fe y Esperanza por todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI
Madrid - España