Reflexión 16 de Septiembre

Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR.
Vemos al Señor cómo enseña a orar a los discípulos en su predicación del Sermón del Monte, dándoles consejos muy valiosos.
Pero lo más significativo es que les enseña a dirigirse al Padre Dios con la ORACIÓN DEL PADRENUESTRO (Mt 6, 9-13; Lc 11, 2-4).
En la Celebración de la Santa Misa, el rezo del PADRENUESTRO por toda la Asamblea ocupa un lugar importante, y en la vida de cada creyente debe, igualmente, estar en el primer lugar a la hora del encuentro íntimo y personal con Dios su Padre.
Como sabéis, el PADRENUESTRO lo compone una exclamación inicial y siete peticiones, todas ellas de una gran importancia para la vida de la persona.
Sin duda que el DOMINGO, del que muchas veces hemos dicho que es el día en el que se puede y se debe prestar más atención a la propia vida con Dios y para Dios, ofrece la oportunidad de MEDITAR con detenimiento todo lo que se dice y se pide con la oración por excelencia que es el PADRENUESTRO, llamada ORACIÓN DOMINICAL.
Aunque haya seguridad de que todos conocemos el PADRENUESTRO, lo voy a transcribir para poder detenernos al leerlo, al rezarlo, y tenerlo más a mano para las reflexiones de los siguientes días:
Padre nuestro, que estás en el cielo;
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación;
Y líbranos del mal.
Hoy el PADRENUESTRO nos ofrece un medio muy interesante para pedir al Señor por las necesidades de los Hermanos de esta Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI
Madrid - España