Reflexión 8 de Febrero

Buenos días
En la Hora de Laudes de hoy se reza este Himno tan inspirador, que os ofrezco para la oración personal.
“Mis ojos, mis pobres ojos que acaban de despertar los hiciste para ver, no sólo para llorar.
Haz que sepa adivinar entre las sombras la luz, que nunca me ciegue el mal ni olvide que existes tú.
Que, cuando llegue el dolor, que yo sé que llegará, no se me enturbie el amor, ni se me nuble la paz.
Sostén ahora mi fe, pues, cuando llegue a tu hogar, con mis ojos te veré
y mi llanto cesará. Amén”.
Y ya te recuerdo mi petición de cada día, que reces a María, nuestra Madre y nuestra Guía, que venga en ayuda de todas las necesidades de los Hermanos que nos encontramos aquí. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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