Reflexión 14 de Febrero

Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR.
En la Liturgia de la Palabra de este 6º Domingo del Tiempo Ordinario, previo al comienzo de la Cuaresma, el Apóstol San Pablo le dice a los Corintios: “Hermanos: Ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, HACEDLO TODO PARA GLORIA DE DIOS” (1 Cor 10,31).
He aquí un consejo capital para la buena gobernanza de la persona en su Fe Católica, ya que la Gloria de Dios es la única razón de vivir en las Virtudes Teologales, pues si al fin ha de alcanzar por la CARIDAD la plenitud de Dios, será precisamente viviendo en su GLORIA, alabándola y bendiciéndola por toda la eternidad.
Por ello será de un gran provecho vivir la Fe y la Esperanza en el reconocimiento continuo de la GLORIA DE DIOS.
Dios está presente en la vida del hombre, en lo más íntimo de la vida del hombre, según enseña el Señor Jesucristo (Mt 6,6), por lo que no es difícil constatar en la propia vida y con bastante frecuencia, por no decir con mucha frecuencia, esta Gloria de Dios en los constantes beneficios que de su infinito Amor y Misericordia se reciben, a pesar incluso del pecado personal.
De aquí que sea una gran virtud a adquirir, o incrementar en caso de tenerla ya, el reconocer y manifestar la Gloria de Dios en cualquiera de esas situaciones en las que queda patente, por la experiencia de su Amor y de su Gracia.
Es verdad que el Amor de Dios para con sus hijos es constante, pero no es menos cierto que las actitudes de pecado grave que puedan existir en la vida personal, llegan a empañar y hasta ocultar esta Gloria de Dios, pues el pecado es la antítesis del Amor y, por tanto, lleva a la persona a la ruptura con su Señor, que, como bien sabemos, no podrá revertirla si no es por el Sacramento de la Confesión.
Te INVITO a que pongas todo el cuidado para seguir el consejo de San Pablo de ‘hacerlo todo para la Gloria de Dios’, y así la sientas en el propio corazón y la manifiestes ante los demás cuando sea constatable.
Alcanzar la Gracia de Dios en beneficio de las necesidades de los Hermanos, es una gran misión que todos tenemos; es por ello que cada día, como hoy, te pida que reces a Jesucristo Resucitado con esta intención. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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