Reflexión 23 de Febrero

Buenos días.
Decimos en la cuarta petición del Padrenuestro: DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
Ya hemos indicado que el Padrenuestro está conformado por dos bloques, las tres primeras peticiones que se refieren al ámbito divino y las cuatro restantes que son realidades y necesidades humanas y materiales.
Pues bien, hoy nos fijamos en la cuarta petición, primera del segundo bloque, que pide a Dios la que es la necesidad esencial del hombre: el pan.
Se pide al Padre los bienes que son vitales para la vida humana, y se hace desde la experiencia de pobreza que tiene la persona y, a la vez, desde la confianza más íntima en el Amor que Dios tiene a sus hijos.
El Señor Jesucristo dirá en el Sermón del Monte: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados” (Mt 5,6), y más adelante, en el mismo evangelio de San Mateo 7,9.11, dirá: “Si alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?… ¡Cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!”.
Básicamente aquí están los fundamentos de esta cuarta petición del Padrenuestro.
Ante Dios, al hombre no le cabe otra actitud nada más que la pobreza, pues todo lo que necesita, de quien puede esperarlo y a quien, con seguridad de ser escuchado, puede pedirlo, es a Dios su Padre.
Finalmente se ha de considerar que en el término “pan de cada día”, no sólo se hace referencia al alimento físico, material, sino también a tantas otras cosas básicas que la persona necesita para ‘alimentarse’ en todos los aspectos de su realidad humana, pudiendo aquí enumerar la dimensión espiritual, familiar, social, laboral, etc., etc.
Aquí lo dejo con la invitación a una reflexión muy intensa e íntima, para escrutar cómo hace cada uno esta cuarta petición del Padrenuestro, y hasta dónde la lleva en su expresión a Dios nuestro Padre.
Hoy sería muy bonito que, con gran Fe y Esperanza, dijeras al Padre Eterno, refiriéndote a los Hermanos que aquí nos encontramos cada día: “dales hoy el PAN que necesitan” en todas sus necesidades. AMÉN. 
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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