Reflexión 27 de Febrero

Buenos días.
Transitamos hoy por esta jornada cuaresmal de la mano de la Santísima Virgen, ya que el sábado es el día de la semana dedicado a Ella.
Y lo hacemos fijándonos en sus actitudes y comportamientos que tanto nos enseñan para una relación con Dios nuestro Padre, del que fue fidelísima hija suya.
Desde niña, que fue llevada por sus padres al templo para ser instruida en el SERVICIO DIVINO, vivió con su corazón vuelto a su Señor y Padre Dios.
Como cualquier doncella joven de Israel, fue desposada por sus padres para poder casarse con un hombre llamado José, y cuando todo estaba ahí, irrumpe Dios en su vida y en su historia a través de su enviado el Arcángel Gabriel, para decirla que es la escogida para ser la Madre del Mesías esperado.
Ya sabemos lo que pasó, Ella no entiende lo que le está diciendo el Ángel, pide aclaraciones, se las da, y toda su respuesta es: “HAGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA”, sin importarla cómo va a encajar todo lo que le ha dicho el Arcángel Gabriel con la realidad de su estado, ya desposada,  comprometida con un hombre, que más tarde se revelará como un ‘hombre justo’.
Por todo ello, para nosotros hoy, este ejemplo de FIDELIDAD a los planes de Dios sobre Ella y sobre la Historia, nos impulsa reflexionar y revisar nuestra propia FIDELIDAD a los planes de Dios sobre cada uno, teniendo también en cuenta que en la medida de la propia realidad personal, nuestra fidelidad o infidelidad tiene una repercusión en la Historia personal y general.
Si la Cuaresma es tiempo para la reflexión y la rectificación de los errores, y el abandono de todo tipo de corrupción posible que haya en la propia vida, bien merece la pena hacer este camino de conversión, de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Y os dejo con el Himno de Laudes de hoy, aunque soy consciente de que ya os lo puse el año anterior, por lo que quizás lo recordáis, pero bueno es rezar a María Santísima con él.
“Dame tu mano, María, la de las tocas moradas; clávame tus siete espadas en esta carne baldía.
Quiero ir contigo en la impía tarde negra y amarilla. Aquí, en mi torpe mejilla, quiero ver si se retrata esa lividez de plata, esa lágrima que brilla.
¿Dónde está ya el mediodía luminoso en que Gabriel, desde el marco del dintel, te saludó: "Ave, María"?
Virgen ya de la agonía, tu Hijo es el que cruza ahí. Déjame hacer junto a ti ese augusto itinerario. Para ir al monte Calvario, cítame en Getsemaní.
A ti, doncella graciosa, hoy maestra de dolores, playa de los pecadores, nido en que el alma reposa, a ti ofrezco, pulcra rosa, las jornadas de esta vía.
A ti, Madre, a quien quería cumplir mi humilde promesa. A ti, celestial princesa, Virgen sagrada María. Amén”.
Te pido que reces hoy con gran confianza a la Santísima Virgen María, por todas las necesidades de los Hermanos que volvemos hoy a encontrarnos aquí en torno a Ella.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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