Reflexión 9 de Febrero

Buenos días en el día del Señor.
Hoy, las lecturas de la Santa Misa, del 5⁰ domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A, son muy elocuentes.
El Evangelio de San Mateo, 5,13-16 nos plantea algo muy determinante para la propia vida.
Dice: " Vosotros sois la SAL de la tierra..."
"Vosotros sois la LUZ del mundo..."
Estas dos imágenes interpelan a los creyentes muy seriamente, pues exigen respuestas y actitudes de las que no se pueden escapar sin culpa o responsabilidad moral.
En la primera demanda: "Sois la SAL de la tierra", exige tener conciencia de ser un elemento necesario e incluso esencial, según los casos, para la propia vida.
Por tanto, mantiene la exigencia de que esa SAL no pierda su identidad, pues si se volviese sosa ya estaría acabada.
Si la SAL somos cada uno, quiere decirse que si alguno pierde el "sabor" de la Fe y del compromiso cristiano, queda para "tirarla fuera y que la pise la gente".
Y si, también, cada uno es la LUZ DEL MUNDO, y como tal no sirve para iluminar y enseñar los caminos; para dar razón como TESTIGO del que es la LUZ VERDADERA: Cristo Resucitado, perderá todo el sentido de su vida.
Sugerente es la frase con la que cierra Jesús este apartado evangélico: "Brille así vuestra Luz ante los hombres para que VEAN vuestras buenas Obras y den Gloria a vuestro Padre que está en los cielos".
Ser TESTIGOS, y a través de estos TESTIMONIOS de vida, propiciar que Dios Padre sea glorificado.
¿Podrías, hoy día del Señor, darte cuenta de cómo has sido alguna vez, y puedes ser Sal de la tierra y Luz del y para el mundo?
En esta reflexión también puede aparecer el que alguna vez, debiendo serlo, no lo fuiste, y entonces aparece la responsabilidad moral, que hay corregir por el proceso de la perfecta contrición y el reconocimiento de la falta.
Ojalá que en este día de descanso dominical, encuentres un espacio de tiempo suficiente para VER, PENSAR y conseguir que ya, para siempre, TÚ seas SAL y LUZ, según la demanda del propio Señor Jesucristo.
Hoy, con tu oración en favor de las necesidades de los Hermanos, puedes ser esa Sal necesaria para hacer presente en todos los corazones la Luz de Cristo Salvador. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
www.materchristi.es