Reflexión 10 de Febrero

Buenos días 
Qué malo es estar al lado de una persona que es DESCUIDADA en las cosas, en sus deberes, e incluso en aquello que afecta a otras personas, bien porque le han confiado alguna cuestión o por cualquier otra razón, como puede llegar a ser su propio cuidado personal.
La persona DESCUIDADA no tiene en cuenta algo tan esencial en todos los aspectos de la vida, como es el ORDEN.
La persona arrastrada por este defecto de ser DESCUIDADA, acarreará muchas otras imperfecciones o defectos que marcarán su vida, mostrándose ante los demás como alguien poco recomendable.
Hay que tener en cuenta que, como cualquier otro defecto, si no se trabaja por superarlo, llevará a la persona a un gran descrédito ante los más cercanos y ante cuantos le vayan conociendo.
Nunca la persona se debe dejar arrastrar por defecto alguno, porque será causa de grandes disgustos, pero en concreto por este que hoy reflexionamos, le llevará a un desorden grave y calamitoso, del que será difícil salir.
La persona DESCUIDADA, se inhibe de lo que ella tiene que cuidar, y si alguien no viene a suplir su negligencia, sin hacer se quedará.
No se debería olvidar nunca que cada uno ocupa un lugar en la vida y en la historia, que por muy insignificante que parezca, tiene más trascendencia de lo que se le supone y, por tanto, más importancia de lo que pueda parecer.
En el engranaje de la sociedad y más en concreto en el engranaje de la vida, cada persona es muy importante, y su quehacer de más transcendencia de lo que a primera vista se pueda creer.
Hay personas que no tienen en cuenta la mucha importancia que tiene su vida, sea cual sea su situación, y, en consecuencia, sus actitudes y comportamientos también contarán a la hora de aparecer ante la sociedad como gente responsable o lo contrario.
En definitiva, se ha de animar mucho a esa persona DESCUIDADA que podemos tener cerca, para que trabaje por mantenerse en el ORDEN, que siempre exige 'no dejar las cosas para luego' de la mano de la PEREZA.
Resulta alentador ir viendo las pequeñas cosas que se pueden ir haciendo para sustituir el defecto por la virtud, el desorden, el descuido por el orden.
Llegamos al momento de encontrarnos todos en esa humilde oración comunitaria que cada día hacemos por los Hermanos; hoy os propongo que al menos recemos a María, nuestra Madre y nuestra Guía, un avemaría. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
www.materchristi.es