Reflexión 19 de Febrero

Buenos días 
Cuando se tiene el gran valor de la SALUD todo discurre bien, hay fortaleza para hacer frente a los contratiempos, se puede trabajar con soltura y dinamismo, etc.
Pero cuando la SALUD falla y muestran su cara las múltiples limitaciones que acarrean los achaques o la enfermedad, las cosas ya son de forma distinta, se ven con otra óptica.
Aún así, el espíritu de subsistencia no admite ver con claridad las caras positivas que tienen las limitaciones, causadas por la enfermedad o la simple edad avanzada.
La vida humana tiene un recorrido, que, guste o no guste, ha de hacerse con el talante más positivo y el buen provecho que conlleva encarar todo, con el mejor de los ánimos.
Quizá lo que suele fallar no es el que, en virtud del espíritu de subsistencia, se luche por la salud y por la vida, que, por otra parte, es un deber de la Ley de Dios, sino que se de la espalda a la realidad finita de la vida terrenal, que todos sabemos que es caduca pero que cuesta aceptar.
Principalmente para los creyente, en razón de la Virtud de la Esperanza, no debería encontrar dificultad asumir las realidades que se vienen comentando, pues la Fe ha de estar muy por encima de todo lo terrenal. Y la Fe habla del gozoso destino de eternidad que espera a todo aquel que vive en el AMOR DE DIOS.
Al principio me refería también a los aspectos positivos que hay al aceptar las limitaciones, sufrimientos o cualquier otro quebranto, originado por la falta de salud  etc.
Efectivamente, afrontar estas situaciones dolorosas, a veces hasta traumáticas, con espíritu cristiano, fijando los ojos y el corazón en el Varón de Dolores, encontrando en uno mismo la explicación del gran Amor y Donación del Señor Jesucristo en la Cruz, dará gran sentido a esa situación precaria y con grandes dificultades, en todos los sentidos: humanos y materiales.
Es este tema del Dolor y la Enfermedad un punto fuerte en la vida humana, que bien conviene una reflexión profunda y una adhesión con espíritu cristiano, para poder asumir su realidad tal cual es.
Al Señor Crucificado, al Cristo de la Unidad, le pedimos hoy Fortaleza y Paz para todos los Hermanos que han de afrontar cualquier sufrimiento, al tiempo que le suplicamos que nos traiga la salud a quienes la estén necesitando. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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