Reflexión 23 de Febrero

Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR.
En este domingo, anterior al Miércoles de Ceniza, comienzo de la CUARESMA, en el Evangelio se nos ofrece dos de los Consejos que el Señor Jesucristo nos da en el Sermón de la Montaña (Mt 5,38-48).
El segundo de estos dos consejos es aquel que dice: "Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?
Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles?
Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial".
Una vez más el Señor Jesús nos pone frente a la realidad humana, lo que suele ser, o mejor, lo que es, frente a lo que debe ser según el CORAZÓN DE DIOS.
Nos cuesta trabajo entender, y no sé si no nos cuesta más aceptarlo y ponerlo en práctica, pues a veces parece que Jesús pide cosas que se salen de la comprensión lógica del ser humano.
Pero no, nos pide lo que es propio de una convivencia en CLAVE CRISTIANA, pues el cristiano que profesa la Fe de Jesucristo ha de vivir según lo que Él nos transmitió con su palabra y nos enseñó con sus obras y con su vida.
Ante estas exigencias del Sermón de la Montaña, no queda más alternativa de vestirse con el sayal de la HUMILDAD,  y asumiendo lo que plantea, trabajar con ILUSIÓN por lograr ajustar la propia vida a objetivos que pueden parecer inalcanzables, pero que están muy cerca de la más íntima esencia cristiana, en la que está el mismo Señor Jesús alentando nuestras voluntades.
Hoy, domingo, dedicar un tiempo a la Meditación de tan rica PALABRA.
Y pedir al Señor Jesucristo que nos haga sensibles a sus Palabras, para entregarnos a su cumplimiento.
Y, también, rezar un Padrenuestro a Dios Padre Todopoderoso por las intenciones y necesidades de los Hermanos, para que se vean bendecidas por su  Misericordia. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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