Reflexión 7 de Noviembre

Buenos días
Ayer nos hacíamos eco de la Memoria Litúrgica de los Mártires de España en el siglo XX. Mártires que murieron por ODIO a la FE.
El ODIO es la ANTÍTESIS del AMOR, por lo que resulta ser lo más contrario a Dios, que es AMOR, como nos enseña la Sagrada Escritura en diferentes pasajes, y particularmente el Apóstol San Juan en su Primera Carta 4,16 y otros.
Las personas, en muchos casos, no llegan a darse cuenta de la gravedad que tiene en sí mismo el ODIO, y lo que supone en consecuencia ODIAR.
No es simplemente el no tener simpatía a otra persona por lo que se la intenta evitar, sino que conlleva un deseo o un acto, de hacerle el mal, que puede llegar hasta intentar aniquilarla de la forma que sea, porque no siempre se puede eliminar al odiado quitándole la vida, pero sí se le puede 'destruir' mediante el desprestigio, la calumnia o la difamación.
Por todo lo dicho, no es difícil comprender que Dios DETESTE este pecado, de forma que si el que lo lleva consigo no hace un verdadero camino de CONVERSIÓN, con un sincero arrepentimiento y un firme propósito de la enmienda, no será capaz de reconocer y confesar este horrendo pecado, con lo que no conseguirá el PERDÓN DE DIOS.
El DESAMOR puede ser una puerta por la que se entre en un camino peligroso que desemboque en el ODIO, porque muestra un aborrecimiento que marca la enemistad manifiesta.
Es muy necesario VIGILAR seriamente el propio corazón, pues hay actitudes peligrosas que pueden llevar lejos, como por ejemplo aquello de "yo perdono, pero no olvido".
¿Puede haber algo más contradictorio? Cuando el PERDÓN ha de implicar, ha de conllevar el OLVIDO de la ofensa o del mal recibido.
Este tema es muy serio, y tan serio como grave.
Reflexiona sobre él y no le des 'esquinazo'.
Con verdadero Amor, reza ya a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por las necesidades de los Hermanos, entre las que están también las tuyas. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España
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