Reflexión 10 de Noviembre

Buenos días en el día del Señor.
En el devenir de la vida, las personas, curiosamente adoptan posturas diferentes a la hora de JUSTIFICAR comportamientos, pensamientos o sentimientos.
En un primer momento diríamos que eso es razonable, y lo es cuando la Justificación o no viene impulsada por valoraciones objetivas y justas.
Lo que siempre es laudable es que el acto de Justificación pueda estar probado con argumentos razonados o documentos probatorios.
Justificar a otras personas en actos o reacciones, puede ser una muy buena virtud cuando se saben COMPRENDER las verdaderas causas que provocan esos actos o reacciones, pero es muy importante también que se sepan explicar a posibles terceras personas que no justifican el hecho, porque no vean las razones que hay para actuar de otra forma.
Es verdad que en esta cuestión de la JUSTIFICACIÓN se pueden mezclar muchos factores que no dejan a la persona ser justa, condescendiente o simplemente comprensiva. Pero aquí estamos en la eterna disputa que hay en el corazón humano entre sus virtudes y sus defectos.
Sería muy de desear que fuera la VIRTUD la que se impusiera al DEFECTO, aunque pareciera que iba en perjuicio de sí mismo.
Por tanto, bueno es CONOCERSE a sí mismo también en la propia capacidad que se tiene para JUSTIFICAR o no lo que hacen o dice los otros, sin OLVIDAR lo que es esta misma acción con relación a lo cada uno hace, dice, piensa, quiere, etc.
Claro que en este supuesto de la JUSTIFICACIÓN a sí mismo tiene un valor determinante tener una buena y bien formada CONCIENCIA, que sí es verdad que también influirá en el juicio para los demás.
Tema éste que se presenta muy interesante para profundizar en él y seguir avanzando en el crecimiento y madurez personal.
En este Día del Señor, te pido ores a Dios, nuestro Padre, por todas las necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España
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