Reflexión 19 de Noviembre

Buenos días 
Cuánto cuesta olvidar una ofensa, un desprecio, una afrenta o cualquier otra cosa por la que se siente la persona humillada, herida en sus hondos sentimientos.
Aunque esa persona diga que "no tiene en cuenta lo que le han hecho" o que ella " lo perdona", etc., en realidad el problema lo tiene en mantener en la memoria el daño recibido.
Bien sabemos que el Señor Jesucristo nos pide el PERDÓN sin ninguna resistencia, que quiere decir que ese PERDÓN ha de llevar implícito el OLVIDO del hecho causa del ejercicio del PERDÓN.
En cambio, cuando se reciben favores la memoria no actúa con la misma determinación que en las ofensas, porque como parece que se merece recibir el favor, se diluye en el recuerdo la exigencia de gratitud que exige todo favor, todo bien recibido.
Es una verdadera lástima estos comportamientos de las personas que no tienen en cuenta aquel refrán popular que dice, "el que no es agradecido, no es bien nacido".
Cuánto se necesita cuidar el corazón, pues en definitiva es donde las personas tienen su Verdad y su Tesoro o su Desgracia, según si está en consonancia o no con las palabras del evangelio, Mc 7,18-23.
Buscando los buenos sentimientos del corazón, reza ya, al menos un Padrenuestro, pidiendo la Gracia del Señor Altísimo en favor de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España
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