Reflexión 30 de Noviembre

Buenos días 
Mañana será el Primer Domingo de ADVIENTO.
Con él comenzamos el Nuevo Año Litúrgico, un año lleno de Gracias si lo recorremos de la mano de la Santa Iglesia.
Nos irá llevando a través de la Sagrada Liturgia, a revivir nuevamente todos los Misterios de la FE, teniendo la posibilidad de reencontrarnos con nuestra FE, fortalecerla e incrementarla con las virtudes y buenas obras que nos vaya sugiriendo la propia Liturgia.
Pero centrándonos en el ADVIENTO, hemos de considerar su mensaje tan rico y lleno de Esperanza.
El Adviento significa ESPERAR.
Esperar la PARUSÍA, que significa vivir en la expectativa de la Segunda Venida del Señor en, Poder y Gloria (Mt 8,31ss; 16,27).
Este aspecto de nuestra FE cuesta mucho a los creyentes aceptarlo, pues no se cree que le pueda pillar a uno aquí en la tierra, lo cual es un error, pues "nadie sabe ni el día ni la hora" (Mt 25,13; Lc 12,40).
El segundo aspecto del ADVIENTO está en la ESPERA del Nacimiento de Jesús, su Primera Venida.
Pero el gran problema es que nuestra sociedad de consumo comienza a bombardear; todo lleno de luces y de ruidos, junto con la propaganda desmedida que incita constantemente para comprar y consumir.
Lo cual exige tener que hacer un mayor esfuerzo para mantener el espíritu del Adviento, tanto a nivel personal como en las familias o en las comunidades, pero merece la pena mantener las lámparas encendidas para poder estar en vela ESPERANDO.
Ya pidamos con Fe y Esperanza al Señor Jesucristo por todas las necesidades, proyectos e inquietudes de los Hermanos que nos reunimos aquí cada día en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
www.materchristi.es