Reflexión 6 de Enero

Buenos días en la EPIFANÍA DEL SEÑOR.
En este día de la MANIFESTACIÓN de Jesús a todos los Pueblos de la tierra, se nos suscitan muchos sentimientos, de gozo, de alegría, de ternura, incluso de compasión.
Pero hay una expresión de todos los que acuden a ver al NIÑO DIOS, que es el ADORARLE.
ADORAR sólo lo pueden hacer las personas a DIOS.
Aquel Niño era Dios y lógico fue que le ADORASEN cuantos fueron a la Cueva de Belén.
Hoy nosotros, llevados por la Sagrada Liturgia, también ADORAMOS al Dios Infante, pero también hoy, como el resto de los días, debemos ADORAR A LA SANTÍSIMA TRINIDAD.
Permitirme que os pida una REFLEXIÓN,
¿Tú sabes ADORAR?
Y ¿A quién ADORAS?
Si es a Dios, la cosa va bien, pero si lo haces a una criatura, ya no estaríamos en la dirección correcta.
Es verdad que no pocas veces se emplea este verbo ADORAR, para mostrar el Amor en extremo que se le tiene a otra persona, sin querer expresar el culto reverencial que se le da a Dios.
Pero conviene matizar bien para tener las actitudes y los sentimientos en su justo lugar.
Y la pregunta final: ¿Cómo expresas tú este culto de ADORACIÓN a Dios?
¿Cuándo lo ADORAS?
¿Cuánto tiempo le dedicas?
O, ¿ya has conseguido vivir en una actitud y sentimiento de ADORACIÓN continúa, aunque esto no sea nada fácil?
No debemos olvidar que la FE CATÓLICA, la que recibimos en el BAUTISMO, es VIDA, lo que quiere decir que tu vida es VIVIR, VIVIR LA FE, VIVIR LA ESPERANZA, VIVIR LA CARIDAD.
No es tener Fe algún rato o tiempos de la vida, y lo mismo hay que decir de la Esperanza y de la Caridad.
No olvides rezar por todas las necesidades de los Hermanos que nos encontramos cada día en torno a María y a José. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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