Reflexión 25 de Enero

Buenos días en la FIESTA DE LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO.
Nos ofrece hoy la Liturgia ponernos ante la gran figura de San Pablo en su CONVERSIÓN, de la que echamos mano con bastante facilidad, yo diría que con bastante ligereza, para estimular la CONVERSIÓN propia y ajena sin llegar a haber conocido lo que realmente vivió el Apóstol.
Ciertamente su Conversión fue grandiosa porque San Pablo había sido un judío íntegro y veraz, con un Corazón sincero, coherente y honesto que sólo buscaba la Gloria del Dios de Israel.
Y cuando el Señor Jesucristo salió a su encuentro en el camino de Damasco, enseguida comprendió dónde estaba la VERDAD, por la que había que trabajar y luchar, como lo venía haciendo en la persecución de los cristianos.
De la mano de San Pablo se pueden aprender tantas cosas prácticas, que bien merece CONOCERLO.
En la Biblia hay como 13/14 cartas suyas, además de los Hechos de los Apóstoles, que cuentan mucho de su historia personal desde la CONVERSIÓN.
Y CONOCERLO implicará tomar buena nota de cómo has de vivir para hacerlo como verdadero y buen católico.
Anímate y haz de tu lectura habitual alguna de las Cartas de San Pablo o los Hechos de los Apóstoles, en la clave de observar y conocer al Apóstol en su noble y firme seguimiento del Maestro.
Él fue llamado por el Señor para evangelizar a los gentiles, y no tuvo ningún reparo de someter lo que había defendido con uñas y dientes: La LEY de Moisés, para que los gentiles conocieran y siguieran a Jesucristo, Crucificado y Resucitado.
Los acontecimientos y sucesos que nos están tocando presenciar y vivir,  son ya más que suficientes como para decidirnos a ser Católicos auténticos.
Recemos con Fe y Confianza por todas las necesidades de todos los Hermanos que HOY volvemos a reunirnos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
www.materchristi.es