Reflexión 29 de Enero

Buenos días 
Bueno es pararnos alguna vez a considerar las VIRTUDES, pues al fin son los grandes faros que van ayudándonos a avanzar por las sendas de la VERDAD y de la JUSTICIA.
Os propongo hoy considerar la TEMPLANZA, una de las cuatro Virtudes cardinales.
La Santa Iglesia nos propone vivir esta VIRTUD, que nos procurará tres actitudes muy valiosas:
La MODERACIÓN 
La SOBRIEDAD 
La CONTINENCIA 
Hemos de tener en cuenta que VIVIR en la VIRTUD, no es algo que se nos dé sin una actitud activa por nuestra parte, más bien responde a un Acto de la Voluntad que decide dejarse conducir por la VIRTUD en general, que se irá concretando por las diferentes virtudes en particular.
Uno puede pensar, ¡Cuánto me gustaría tener la virtud de la TEMPLANZA, ahora que la conozco mejor!
Bien, primero, la VIRTUD, sea cual sea, no se tiene, SE PRACTICA, y sólo cuando uno se ejercita en ella muestra el talante y los beneficios que se derivan de este ejercicio.
Segundo, se puede comenzar a practicar tal virtud, la TEMPLANZA p.ej., pero si no sé insiste en ella no tardará en desaparecer el rastro que quedó de la primera práctica.
Bien sabemos que sin la PERSEVERANCIA no hay beneficio que se derive de la VIRTUD que fuera, que permanezca.
Lo vemos cada día en muchas situaciones y circunstancias de la vida.
Os dejo con estos pensamientos preliminares y en próximas MEDITACIONES nos detendremos a ahondar en cada una de las principales.
Recemos ya por todas las necesidades de los Hermanos de esta Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
www.materchristi.es