Reflexión 30 de Enero

Buenos días 
Nos quedamos ayer habiendo abierto la REFLEXIÓN sobre la TEMPLANZA, que no pudimos concluir por haber entrado en cuestiones generales acerca de cómo se ha de actuar con la VIRTUD en general.
La TEMPLANZA es muy importante en la vida de las personas, pues les aporta una gran ESTABILIDAD en sus vidas.
La sostienen tres Virtudes que a la vez la dan fuerza y solidez.
Me refiero a la MODERACIÓN, que siempre está marcando un camino de EQUILIBRIO en todo lo que influye, enriqueciendo a la persona con la SENSATEZ y la CORDURA, tan necesarias para no excederse ni en las palabras, ni en los gestos, ni en las acciones.
También hemos de citar la SOBRIEDAD, que impulsa a la persona a vivir con moderación y sin 'adornos' superficiales, evitando todo lo que es superfluo y sin transcendencia para la vida del hombre.
Finalmente, consideremos la tercera VIRTUD que viene a sostener y potenciar la TEMPLANZA. Me refiero a la CONTINENCIA, que en su sentido más amplio ayudará a la persona a evitar los excesos, sean del tipo que sean en los sentimientos y en las pasiones, del corazón y de la carne.
No es difícil darse cuenta del enriquecimiento que supone para nuestras vidas, si decidimos ejercitarnos, con sencillez y pobreza, en esta gran VIRTUD DE LA TEMPLANZA.
¿Qué itinerario poder seguir?
Os propongo uno muy sencillo.
Reflexionar viendo las posibles deficiencias que se tienen con relación a la Moderación, a la Sobriedad y a la Continencia. Incluso faltas cometidas por no haber atendido a su práctica y a los beneficios que procuran.
En este último supuesto, arrepentirse con sinceridad de corazón acudiendo al Sacramento de la Confesión, en su caso.
Y luego, a trabajar con ILUSIÓN y mucha DECISIÓN para poder vivir desde el EJERCICIO DE LA TEMPLANZA.
La Paz y la Alegría estarán aseguradas.
Perseveremos ahora en la ORACIÓN de cada día, por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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