Reflexión 1 de Marzo

Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR.
En este Primer Domingo de Cuaresma, la Iglesia nos pone en la lectura del Evangelio, las tentaciones de Jesús en el desierto, San Mateo 4,1-11.
El texto es muy sugerente para reflexionar sobre las tentaciones propias, pero parece más conveniente plantear en principio lo que es la TENTACIÓN, para poder identificar bien los propios sentimientos y movimientos de las pasiones del corazón y de la carne.
La TENTACIÓN se ha identificado generalmente, como la seducción del demonio para transgredir la Ley de Dios o las leyes humanas, que defienden los derechos y obligaciones de las personas.
Lo cual es totalmente cierto, pero también se ha de considerar las 'tentaciones' que podríamos denominar instaladas en la propia vida de la persona, dicho de otra forma, vicios y malos hábitos, pasiones en definitiva, que se han adquirido y están completamente instalados en el corazón del individuo.
En estos supuestos la acción del demonio no necesita ser muy fuerte, pues la persona está perfectamente inclinada y dispuesta a dejarse llevar por el más mínimo estímulo para 'caer en la tentación'.
Otra cosa serán las caídas en faltas o pecados, que se propician en situaciones o circunstancias esporádicas y responden a lo que es la tentación puntual, mediante la persuasión con argucias o halagos para conseguir el objetivo de llevar a la persona a sucumbir a los aparentes encantos de la tentación.
Bien merece hoy considerar en la propia vida este tema que hemos planteado de la TENTACIÓN, porque, desgraciadamente, con frecuencia vemos o experimentamos con qué facilidad se acepta la transgresión, tanto de la Ley de Dios como de los deberes humanos más fundamentales.
Te pido que hoy reces al Señor Jesucristo por la necesidades de los Hermanos, pero particularmente por los que estén tentados en sus vidas. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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