Reflexión 3 de Marzo

Buenos días
Fijemos la atención en otro de los cuatro elementos que la Iglesia nos aconseja para caminar en el espíritu cuaresmal.
Me refiero a la ORACIÓN.
Ya tuvimos ocasión de meditar en torno a este importante tema en la vida cristiana, como es la íntima comunicación de Dios con la persona y ésta con Dios.
En la Jornada Cuaresmal,  la ORACIÓN debe estar muy definida por lo que se busca y quiere de este Tiempo de Gracia.
Ya hemos indicado que el objetivo principal es la CONVERSIÓN DEL CORAZÓN, para llegar a vivir en la perfecta sintonía con el Señor Jesucristo, en su Pasión, Muerte y Resurrección.
Por ello, la ORACIÓN, más allá de las condiciones y hábitos ordinarios que se tienen, ha de ser del máximo SILENCIO posible, para 'poder escuchar la voz del Señor', que vaya marcando todo aquello que necesite cambio, conversión, y la persona, tú y yo, conscientes de ello, nos esforcemos y trabajemos por lograr ese cambio, pues se cuenta con la GRACIA CUARESMAL, que nos ofrece y nos da cuanto se necesita, y más, si fuera necesario.
En resumen, necesitamos hacer ORACIÓN DE QUIETUD; dedicar cada día un tiempo, por pequeño que sea, para ponernos a la ESCUCHA de Dios, en aquella postura que Elí recomienda a Samuel: "Habla, Señor, que tu siervo escucha" (1 Sam 3,9-10).
Llenos de ilusión vamos a conseguir ese espacio de tiempo cada día, para, en la quietud del espíritu, ESCUCHAR A DIOS.
Pero no dejes hoy de pedir ya también por las necesidades de los Hermanos, reunidos, como cada día, en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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