Reflexión 30 de Marzo

Buenos días 
Cuando comenzamos una nueva semana y con ella miramos el horizonte, se antoja lleno de nubarrones, imperceptible a la vista, se vuelve un tanto depresivo porque transmite incertidumbre.
Nuestro horizonte en el momento presente es incierto, nadie sabe ni cuándo, ni cómo podremos salir de esta maraña de la pandemia que nos envuelve a todos.
Por eso es la hora de vivir la Virtud Teologal de la ESPERANZA, que se nos muestra como la FORTALEZA que necesitamos para el camino.
Realmente, cuando una persona desea alcanzar un objetivo, es porque tiene la esperanza de poder conseguirlo, y entonces pone en juego todas sus fuerzas, todas sus facultades para lograrlo.
Ante nosotros hay un horizonte, tan incierto como nos lo va poniendo la realidad, pero en cambio vamos a vivir aquella enseñanza de SABER ESPERAR.
ESPERAMOS en Cristo el Señor, que nos abra los caminos.
ESPERAMOS que la Luz del Espíritu Santo nos ilumine los caminos propios, y también a quienes han de administrar la solución de esta ya tragedia que nos aflige.
ESPERAMOS la presencia maternal en nuestras vidas de María Santísima, que nos sostenga y que interceda suplicante para la salida, cuanto antes, de este túnel oscuro del CORONAVIRUS.
Que la FORTALEZA nos sostenga y aliente cada día, para ser gente de FE firme y ESPERANZA segura.
¡¡¡ÁNIMO HERMANOS!!!
Y con la seguridad que transmite el Santo Rosario, ofrecido a la Virgen con generosidad, nos procurará tantas gracias como necesitamos todos y cada uno, con la seguridad de alcanzarlas cuando coincidimos en pedirlas los unos por los otros. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es