Reflexión 23 de Marzo

Buenos días 
Creo que todos tenemos la inquietud y el deseo de que en este momento presente, el mundo cambie para, entre otras cosas, ver superada la crisis de coronavirus.
Sócrates ya dio una regla básica que también hoy tiene validez, dijo: "Aquel que quiera cambiar el mundo debe EMPEZAR por CAMBIARSE a sí mismo".
Esta CLAVE deberíamos tenerla muy presente y activarla, pues bien parece que es la gran oportunidad para todos: CAMBIAR LOS CORAZONES.
En el orden de la Fe no hay coincidencias, pero lo cierto es que este problemón de la pandemia se nos ha desatado con virulencia en el Tiempo de Cuaresma, un Tiempo en el que suenan las VOCES llamando a todos, desde el primer día, el Miércoles de Ceniza, a la CONVERSIÓN.
Haríamos muy bien tomando en serio lo que parece que se nos viene encima, que, sin conocimientos científicos, sí parece algo muy doloroso y desastroso.
Si fuéramos capaces de hacer este camino de CONVERSIÓN, de cambio personal, al estilo del pueblo de Nínive (Jonás, cap.3), seguro que nos veríamos VISITADOS por la Gracia de Dios y LIBERADOS de este azote de la pandemia.
Es cuestión de Fe, pero también de confianza, de mucha confianza en Dios, pero no menos de CONFIANZA en que SÍ puedo, puedes, podemos, CONVERTIRNOS, CAMBIAR EL CORAZÓN.
Cada uno sí tenemos algo que cambiar: en el orden de las pasiones, en el orden de los egoísmos, en el orden de las ambiciones, en el orden de..., agrega tú lo que falte en cuyo orden puedes y debes cambiar.
¡¡¡Ánimo, es posible!!!
Sigamos orando por las necesidades de los Hermanos, particularmente por los que el sufrimiento les visita en estos días, a poder ser el Santo Rosario a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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