Reflexión 16 de Marzo

Buenos días
La semana pasada veníamos viendo lo que se ha confirmado ya hoy como evidencia.
No me refiero a la pandemia de CORONAVIRUS como tal catástrofe sanitaria, sino a los daños colaterales que hoy se ven, se perciben como algo duro, muy duro, llegando a ser irreparables con el tiempo para muchas personas y familias.
Yo me pregunto ¿Hasta dónde tendremos que llegar para que este mundo, para que las personas comiencen a VOLVERSE A DIOS?
Me temo que más allá de la FE que tenga cada uno, hay unas cuantas realidades ante las que las personas deberían reaccionar y mirar al Cielo, para pedir, con humildad, a Dios, Gracia y Misericordia.
Un simple virus pone en jaque prácticamente al mundo entero.
Lo hace a una velocidad asombrosa, que no permite una reacción del hombre para defenderse y además, frenarla.
Este mundo globalizado, del que el hombre estaba en general orgulloso, está quedando en evidencia por su escasa utilidad y por su falta de consistencia. Se cae como un castillo de naipes.
No es cuestión de pesimismo, todos conocemos ya hoy lunes la cantidad de personas que se han quedado sin trabajo de los sectores de la hostelería, del comercio, etc.
Y para mayor desgracia, ¿dónde está el horizonte que nos permita pensar que iniciamos el camino de vuelta?
¿Quién lo sabe?
NADIE, sólo hay especulaciones y buenos deseos.
Santa Teresa decía: "Nada te turbe, nada te espante, SÓLO DIOS BASTA".
Ojalá que lo creyéramos así, y teniendo la seguridad de que SÓLO DIOS BASTA, nos VOLVAMOS A DIOS todos, y entregados a la oración, alcancemos la MISERICORDIA que necesitamos para Vencer la enfermedad, para que se puedan resolver la infinidad de problemas que ya hay en muchas familias de falta de recursos, de convivencia y muchos otros, para, al fin, ser mejores personas que hasta aquí.
Hermanos, pongamos en manos de María, nuestra Madre y nuestra Guía, el rezo diario del Santo Rosario que si pueden ser más de uno, mejor, para que Ella nos abra los caminos y nos traiga la bendición divina que socorra y solucione la debacle que tenemos encima. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es