Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR.
Ya Cuarto Domingo de Cuaresma, en el que la Santa Iglesia nos propone la Parábola del hijo pródigo (Lc 15,11-32).
Es una página muy bella del Santo Evangelio, en el que encontramos el PERDÓN absolutamente DISPONIBLE para quien lo necesite y lo quiera.
Es importante esta reflexión: El PERDÓN que necesito de Dios, lo tengo al alcance de la mano para cuando LO DESEE tomar y beneficiarme de él.
La CLAVE me la da la Parábola cuando el hijo RECAPACITÓ y, dándose cuenta de la situación y de sus circunstancias, se dijo: "Me LEVANTARÉ. IRÉ a mí Padre y le diré: Padre, HE PECADO contra el cielo y contra ti..."
Ahí está el PERDÓN y nada más; al alcance sencillo del que lo necesita. Y lo quiere.
Siendo así, ¿por qué nos cuesta tanto ponernos ante el Sacerdote, Ministro del Señor, para decirle los pecados?
Una vez reconocidos y sentido el arrepentimiento, lo más sencillo ya es confesarlos, aunque parezca lo más difícil.
Una vez mas te animo a que acudas al Sacramento del Perdón; allí está Cristo, en su Ministro, ESPERANDOTE.
Escucha en tu corazón: "Me levantaré a iré...".
Recemos los unos por lo otros para que seamos capaces de ir en busca del PERDÓN. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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