Reflexión 21 de Marzo

Buenos días 
La PRUDENCIA, Virtud Cardinal, es muy buena consejera para aquellos que desean dejarse acompañar por ella.
Conveniente es CONOCER primero la verdadera razón e identidad de las cosas, para luego poder vivirlas y proyectarlas en toda su extensión.
En el caso que nos ocupa de la Virtud de la PRUDENCIA, sabemos que procura a la persona la capacidad de discernir y distinguir entre lo que es bueno o malo, para estar en condiciones de seguirlo o rechazarlo.
Y esto es posible porque la PRUDENCIA procura a quien la práctica, SENSATEZ y BUEN JUICIO.
La persona Prudente se ejercita en la PACIENCIA, en la MODERACIÓN, en la TEMPLANZA.
Sabe ESPERAR, cuando su actuación no va a conseguir el objetivo necesario.
Sabe tener la PALABRA adecuada, cuando debe hablar.
Y sabe ACTUAR, cuando el momento es el adecuado.
Una PERSONA PRUDENTE bien merece tenerla como AMIGA y hasta como buena CONSEJERA, porque lo será.
Creo que para cualquier persona sensata, la PRUDENCIA será su gran VIRTUD DESEADA, de tener y de practicar.
Y ahora llega el momento de VER la propia realidad bajo este prisma, y trabajar por alcanzar ser PRUDENTE, si aún no se tuviera esta VIRTUD.
Y si ya la hubiera, seguro que aún se puede alcanzar más PERFECCIÓN en la PRUDENCIA.
Recuerda que hoy también los Hermanos necesitan tu ORACIÓN por sus necesidades, como tú necesitas las suyas. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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