Reflexión 15 de Marzo

Buenos días 
Me he preguntado alguna vez, si en general tenemos clara conciencia de lo que es la SOLEDAD en la vida de las personas.
Porque está situación de SOLEDAD puede ser muy variable, tanto en el orden físico, como moral o espiritual.
También sería bueno tomar conciencia de su conveniencia o no, de su utilidad o de lo contrario.
Sabemos por definición que la SOLEDAD es básicamente una carencia de compañía, en cuanto a la parte humana, pero en cuanto al nivel existencial, la SOLEDAD se presentará como una melancolía o pesar que se siente ante la ausencia de alguien, cuando no se agrava por estar forzada esta ausencia por la pérdida o la muerte de alguien.
Por todo lo dicho, podemos concluir que la SOLEDAD tiene diferentes caras.
Negativa, cuando en principio es causa de dolor, de tristeza, etc.
Pero, igualmente, podremos deducir que la SOLEDAD tiene alguna cara benéfica cuando se trata, por ejemplo, de un tiempo de retiro para la REFLEXIÓN, para la ORACIÓN, para el DESCANSO o para el estudio u otro trabajo que precisa una concentración importante.
Pero sea como quiera, siempre hemos de conseguir que la SOLEDAD ayude a la persona en su crecimiento espiritual y humano.
Y esto se conseguirá con algo tan fácil como es la Virtud Teologal de la ESPERANZA, que siempre iluminará esos momentos, esos sentimientos con la LUZ del ESPÍRITU SANTO, 'Señor y Dador de Vida' como decimos en la Profesión de Fe.
Quizás la dificultad la encontremos en lo poco cultivada que está la ESPERANZA en la propia vida, tan entretenida con lo más inmediato y sin la referencia del horizonte que ilumina y sostiene nuestra FE: El propio destino de eternidad, en el encuentro con Dios, y que en los momentos presentes hemos de saber mantener esta conexión con esa eternidad que nos ESPERA.
Porque SÍ, en el Cielo nos están esperando ya (Ef 1,3ss.)
Pero nuestro encuentro diario en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía, precisamente nos habla de una compañía espiritual, que nos fortalece y nos ayuda por la ORACIÓN que cada uno hacemos por los otros. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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