Reflexión 4 de Julio

Buenos días 
Estamos viviendo ya el tiempo de verano, con los merecidos descansos de las personas.
El tiempo de verano tiene sus bondades, que no son pocas, pero también se presta a que las personas, al romper el ritmo duro y  cansado de todo el año, se dejen llevar por excesos e incluso lleguen a aceptar en sus vidas el desorden moral, con lo que se colma el vaso de lo contrario a lo que debe ser el legítimo descanso y expansión merecido y necesario.
Es muy conveniente REFLEXIONAR sobre el VERANO, para poder darnos cuenta de varias cosas.
En primer lugar, tener en cuenta los límites en los que ha de desarrollarse este tiempo.
Después, estar muy atento a cómo vivimos esta realidad distinta que es el Tiempo de Verano, tanto a nivel personal como familiar, social, etc. 
Convendrá seguir el reiterado Consejo Evangélico de "Velad y orad para no caer en la tentación".
Ante la tentación no cabe otra actitud que no sea la VALENTÍA, que nos lleve a rechazar lo nocivo, el pecado.
No podemos olvidar aquello en lo que el Papa Francisco ha insistido varias veces: lo dañino que es 'el espíritu de la mundanidad'.
El espiritu del mundo, que no quiere tener en cuenta a Dios, ni ninguna de las normas impulsadas por la moral y el buen gobierno de la persona dentro del orden.
Y aquí conviene recordar que "donde no hay ORDEN, no hay SANTIDAD".
Lo cierto es que según la experiencia, que se plasma también en las estadísticas, el VERANO ha sido tiempo de rupturas, de fracasos, de desengaños.. , y todo venido de la mano de los excesos, desórdenes y pecados.
Mira a ver que tienes al alcance de tu mano para evitar estas caras amargas del verano, y al contrario, qué puedes hacer para que todo sea como debe. según el Corazón de Dios.
Recemos, recemos ppr todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
MADRID - ESPAÑA