Reflexión 3 de Agosto

Buenos días.
Con frecuencia animo a reflexionar sobre diferentes aspectos que vamos tratando en estas meditaciones.
Pero cuando la reflexión se trata de que abarque de forma amplia la propia vida, entonces es lo que se llamaría ‘hacer ejercicios espirituales’.
Es ésta una práctica en el ámbito de la propia vida cristiana, que consiste en dedicar un número determinado de días a ir viendo y revisando todo aquello que forma la cotidianidad personal, a fin de tomar conciencia real de lo que está pasando, cómo se está viviendo, así como descubrir errores, defectos o pecados que requieren solución, por lo que se deducirá con toda claridad el camino de conversión a recorrer.
Cuando se pone una persona ante esta idea de ‘hacer ejercicios espirituales’, puede parecerle algo como muy complejo, que no se necesitará tanto para seguir la vida cristiana, pues en definitiva se procura hacer el bien y llevar la práctica religiosa como siempre se ha hecho.
Es como una especie de ‘miedo’ porque no se sabe qué puede pasar si ‘revuelvo mucho mi vida y mi conciencia’; pensar así es un error, porque veamos las líneas sencillas que aconsejan hacer ejercicios espirituales.
Se trata de unos días dedicados principalmente a un encuentro con el Señor, para ver a la Luz de su Palabra y de su Amor cómo se está viviendo: en la verdad o en el error.
Se trata de escuchar a quien los dirija y a partir de las ideas que transmita en sus charlas, ir descubriendo aquello que está bien o que necesita ser corregido en alguna medida.
Para, concluidos los ejercicios, seguir la vida con nuevas energías, con ilusión, y lo que es más importante, en el agrado de Dios.
Hay muchas formas de hacer ejercicios espirituales, pero hoy solamente quiero animaros a que os lo plantéis para poder hacerlos en cuanto os sea posible, sin demorar porque a veces se emplea el tiempo en otras cosas menos importantes.
Yo, como en años anteriores, a partir del día 5 del presente mes de agosto, durante unos días haré ejercicios espirituales, en los que no os enviaré estas meditaciones.
Hoy ya te pido que reces a Dios Padre por todas las necesidades de los Hermanos, que lo hagas con gran fe y confianza, para que se vean colmadas de las bendiciones y soluciones que sean necesarias. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es