Reflexión 25 de Agosto

Buenos días.
En este Año de Gracia por estar dedicado a San José, bien merece la pena volver la mirada a su figura y contemplar la importancia de su vida en la Historia de la Salvación, ya en la última etapa cual fue la Encarnación del Hijo de Dios.
Como venimos haciendo en otros miércoles anteriores, nos volvemos a fijar en otra de las invocaciones de las Letanías dedicadas a San José, en este caso: “Apoyo en las dificultades”, ruega por nosotros.
Si a San José le podemos considerar como una columna donde poder apoyarnos en las dificultades de la vida, es sencillamente porque de dificultades, sufridas y superadas, él las conoció en abundancia y en gravedad.
Se puede hacer un recorrido por el evangelio para poder encontrar algunas de esas dificultades, pero valga como muestra ‘la huida a Egipto’ que no costará entender teniendo en cuenta lo que hoy se conoce de las penurias por las que pasan los emigrantes, en muchos casos con verdaderos riesgos para sus vidas.
En el evangelio se ve cómo el Ángel avisa por sorpresa a José: “El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo” (Mt 2,13).
Continúa diciendo: “José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, y se fue a Egipto”.
No es difícil suponer que este episodio le causaría muchos inconvenientes y que tuvo que superar dificultades, que también parecería que no fueran de orden menor.
Así, pues, tengamos muy presente a San José, para recurrir a él en las tantas dificultades en las que cada uno se ve envuelto en el devenir de cada día, tanto para intentar seguir sus pasos, como nos lo presenta el evangelio, como para pedir su ayuda de una forma directa, sin dudar de que va a ser escuchado.
Ya es el momento de pedirte como cada día que reces, hoy al propio San José, para que interceda en favor de todas las dificultades y necesidades que tienen cada uno de los Hermanos, que aquí nos encontramos en torno a su Santísima Esposa, la Virgen María. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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