Reflexión 5 de Abril

Buenos días en el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor.
Hoy damos fin a la Cuaresma para abrir la puerta a la Semana Santa.
Jerusalén se vistió de algazara y alegría para aclamar a Cristo como Rey y Señor.
Tan solo 5 días después le condenarían a muerte y le crucificarían.
Hoy comienza para todos una muy particular SEMANA SANTA, porque todos los esquemas propios de estas fechas SE HAN ROTO, han saltado por los aires en mil pedazos.
Casi no sabemos ni por dónde ha llegado esta maldad que nos envuelve.
Aquí, no es lugar para buscar responsables, que los hay, de este desastre, pero en ESENCIA, nos golpea sin piedad esta pandemia.
En estos días de la Semana Santa, mientras en el SILENCIO de nuestro corazón vamos siguiendo los pasos que anduvo el Señor Jesucristo, veamos lo poco que valemos individual y colectivamente: un virus nos va llevando de cabeza, nos irá sumergiendo, si DIOS NO LO EVITA, en una pobreza propia de varias décadas atrás. Y creo que no exagero, repito, que como Dios no pare la pandemia, ASÍ SERÁ. 
Te INVITO A ORAR con estos versículos del Salmo 118, que es el más largo del Libro de los Salmos, pero que en estos momentos nos puede ayudar a abrirnos a Dios, que tanto lo necesita nuestra humanidad.
"Te invoco de todo corazón: respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a tí grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos; me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.
Mis ojos se adelantan a las vigilias, meditando tu promesa; escucha mi voz por tu misericordia, con tus mandamientos dame vida; ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables; hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre..."
Ante lo que estamos viviendo y sus perspectivas, seamos HUMILDES y cogidos de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía, dispongámonos a VIVIR la Semana Santa como lo que es.
Y ojalá encontremos TODOS el verdadero camino de la CONVERSIÓN, volvamos el CORAZÓN a Dios y consigamos su Misericordia y su Perdón. El arma más eficaz es y siempre será el rezo del SANTO ROSARIO.
Pero no olvides hoy la oración, que nos une cada día, en favor de las necesidades de los Hermanos, reunidos aquí en torno a María Santísima. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es