Reflexión 30 de Abril

Buenos días en la Fiesta de San Pío V. 
Este último día de abril tenemos en el Santoral a un Santo que nos da paso al mes de mayo, el Mes de María.
San Pío V Papa, vive en el siglo XVI; Dominico, gran amante de la Virgen Santísima en la que confiaba sin límites.
El invocó a la Virgen como "María, Auxilio de los Cristianos" mandando incorporar esta aclamación  en las Letanías Lauretanas; siglos más tarde San Juan Bosco la haría patrona y protectora de la Congregación Salesiana, invocándola como "María Auxiliadora" que es como la reconocemos hoy.
Su devoción y confianza sin límites a la Santísima Virgen, le lleva a pedir que se rece con insistencia el Santo Rosario para pedirle su intercesión en la gran batalla que se libra en el golfo de Lepanto, para contener al ejército turco.
En manifiesta inferioridad de medios y personas, el ejercicio cristiano sale victorioso.
Esta victoria, que se produce el 7 de octubre de 1571, llena de júbilo al Papa San Pío V, por la que instituye la Fiesta Litúrgica a Nuestra Señora de la Victoria; en 1573 ya se denominará Nuestra Señora del Rosario.
Pues a San Pío V hoy podemos encomendarle que nos alcance tantas gracias como las que estamos necesitando, aunque él nos mostrará el camino firme y seguro de acudir a María, nuestra Madre y nuestra Guía, mediante el rezo del Santo Rosario.
De su mano entraremos en el Mes de María, con el firme propósito de CONOCER mejor a la Virgen María y contar con Ella ya siempre, para seguir con seguridad la singladura por este enfurecido mar de nuestro tiempo.
También a él le rezamos hoy por todas las necesidades materiales y espirituales de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
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