Reflexión 26 de Abril

Buenos días en el DIA DEL SEÑOR.
En sí mismo, este Tercer Domingo de Pascua está lleno de júbilo en su Liturgia, lo que no quiere decir que las circunstancias que vivimos nublen un tanto la identidad de la Pascua.
Hoy comenzarán a salir de casa los niños después de seis semanas sin pisar la calle.
Y no lo harán como la última vez que estuvieron en la calle, porque llevarán consigo unas limitaciones que les impedirán hacer algunas cosas que les apeteciera.
¿A dónde quiero llegar con lo dicho?
Muy sencillo, que vayamos pensando en el 'día después', cuando ya podamos libremente salir, porque como hoy los niños, no será igual.
Debemos ser conscientes de los muchos días que han pasado y los que quedan, que la situación que encontremos no será la misma que dejamos, y que hemos de 'pisar la calle' con prudencia y con madurez sabiendo también que se nos pondrán delante, por muy diversas razones, nuevos retos.
No pocos, olvidando lo que hemos pasado, querrán desquitarse y buscarán los excesos que llevan al desorden, lo cual ya sería en sí mismo negativo, malo.
Se deberá volver a la vida ordinaria con ORDEN, con prudencia y con responsabilidad.
Y para esto hay que prepararse, para demostrar que se es persona, no alguien alocado o desnortado.
Cuando en la vida los acontecimientos se presentan sin previo aviso, se reacciona de la mejor manera posible, aunque pueda ser de forma equivocada, pero cuando se sabe lo que va a ocurrir, no prepararse para encarar el hecho es negativo y malo, estará lleno de peligros y a buen seguro con alguna desgracia.
Recemos con mucha confianza, como cada día, por las necesidades e intenciones de los Hermanos, reunidos aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
www.materchristi.es